¿Sabías que el ruido de la calle (el del ambiente en general) es una de las causas más comunes de enfermedades en la actualidad? Este problema pasa más desapercibido de lo que debería, y aunque España no sea (tal y como afirma la sabiduría popular) el segundo país más ruidoso del mundo, lo cierto es que cualquier ruido que supere los 65 decibelios (dB) se puede convertir en un problema para nuestra salud, sobre todo si te impide, entre otras cosas, dormir bien cada noche.
Problemas auditivos, casos de ansiedad o incluso problemas cardíacos son solo algunas de las consecuencias derivadas de vivir en un país tan ruidoso. Como te decimos, la contaminación acústica lleva camino de convertirse en un nuevo problema de salud pública a nivel mundial. Y no es una afirmación a la ligera: en Bilbao, por ejemplo, se han llegado a instalar sonómetros en zonas de terrazas para que sus habitantes sean conscientes de cuánto ruido pueden llegar a estar provocando.
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¿Qué nivel de ruido resulta saludable?
Al principio del artículo te hemos indicado una cifra. Pero esa se refiere a los niveles que ya entrarían dentro de la categoría de «muy malos» para nuestro día a día. Según datos del Grupo de instrumentación y acústica aplicada de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que lleva muchos años luchando por concienciar a la población de la importancia de tener en cuenta el ruido como un problema más, lo normal sería no superar en ningún caso los 45 dB. Aunque ellos mismos reconocen que, en las ciudades que habitamos hoy en día, este valor es poco menos que una quimera.
Y, una vez más, el factor humano se erige como uno de las principales causas del problema. Cuestionados sobre este asunto, desde Ecologistas en Acción tienen muy claro que el 80% de los ruidos en las grandes ciudades están provocados por la industria, la propia actividad humana (esas terrazas tan ruidosas de las que también te hemos hablado) y, por supuesto, el tráfico.
¿Qué se puede hacer frente al ruido?
Pues una de las primeras medidas es evidente: no hacerlo. Realmente, ayudar a reducirlo no es tan complicado. Piensa en una situación muy común: un desplazamiento en coche por la ciudad. Estás inmerso en un atasco, miras el reloj y te das cuenta de que vas a llegar tarde. ¿Solución? Llevas la mano al claxon pensando que eso solucionará tu problema. Casi con toda seguridad, más conductores nerviosos se unirán a la fiesta de los pitidos ensordecedores. Este gesto no solamente ayuda a aumentar el nivel de ruido en las ciudades, también puede suponer una multa de 80€ por su uso indebido. Recuerda que, realmente, solo está permitido utilizarlo para alertar de ciertos peligros que puedan afectar a otros conductores.
Pero, efectivamente, ante el ruido de la calle pocas cosas se pueden hacer. Una opción para dormir bien es ponerse tapones en los oídos… o cortar de raíz el problema aislando tu casa todo lo posible del exterior con un cambio de ventanas. Tu salud lo agradecerá. Por ejemplo, estas ventanas K-Line están preparadas, tal y como puedes ver en este folleto, para ofrecerte un extraordinario aislamiento acústico incluso en los entornos más exigentes. Solo la ventana respirante K-LINE A.I.R es capaz de proporcionarte hasta 45 dB de aislamiento de fachada.
Pero hay más opciones. Como más o menos te puedes imaginar, cuanto mayor es el grosor de los vidrios de una ventana mejor insonorización se consigue. HOCO Acustic es un vidrio laminal acústico ideal para mitigar los ruidos externos que penetran por las ventanas, tal y como ellos mismos explican en este artículo sobre cómo insonorizar una habitación.
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