Evitar el frío dentro de casa se puede hacer de muchas maneras: con estufas, con radiadores o incluso poniéndose el abrigo para eliminar de la ecuación el consumo eléctrico. Cada hogar es un mundo, y todas las técnicas presentarán sus pros y contras. No obstante, si has llegado hasta aquí es porque andas buscando los mejores consejos para evitar que el gasto en calefacción se te dispare, provocando un disgusto en las próximas facturas. No te preocupes: no es tan difícil conseguirlo. Lee con atención que te vamos a dar los tips más relevantes.
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Entre 19ºC y 21ºC de calefacción
¿Ir con el abrigo por el casa? ¿Montar tu propia sauna en los pasillos? Nosotros no apostaríamos por ninguna de las dos opciones. No obstante, cada uno tiene sus propios gustos. Con un buen termostato que controle la situación por ti es bastante sencillo mantener tu casa en una temperatura entre los 19ºC y los 21ºC. Un punto intermedio perfecto para alcanzar un nivel óptimo de confort y ahorrarte el 7% extra que le puede costar a tu bolsillo cada grado más de temperatura.
Cómprate un termostato
Además de ser una gran inversión, para cumplir con el primer consejo es casi obligatorio pasar por este segundo: acude a un profesional y compra un termostato. Así estarás completamente seguro de la temperatura que hay en cada momento en tu casa. Además, los modelos inteligentes que existen hoy en día te permiten programar diferentes horarios de encendido y apagado. Incluso lo puedes controlar desde el móvil y evitas derroches innecesarios como calentar la casa más horas de las necesarias o hacerlo con estancias en las que no hay nadie.
¡Deja que entre el sol en casa!
¿Alguna vez has hecho turismo en un país nórdico? En caso afirmativo, sabrás que las horas de luz solar son un bien escaso (básicamente en invierno). Por el contrario, en algunas zonas de España se pueden disfrutar de hasta 3.000 horas de luz del sol (en el caso de Canarias). Una cantidad perfecta para abrir persianas y cortinas y dejar que el astro rey se ocupe de calentar las habitaciones de tu casa. Tú no lo percibirás, pero ese calor que se absorbe durante el día será de gran utilidad cuando le des un descanso al radiador por la noche.
Presume de puertas y ventanas
De nada sirve comprar el termostato más inteligente del mercado, ventilar correctamente cada mañana (y en el tiempo justo) o dejar que sol te ilumine con sus rayos diariamente si luego una ventana mal aislada lo tira todo por la borda. Ciertamente, estaríamos encantados de que cambies tus ventanas y cuentes con nosotros para ello, pero es que tú también sales ganando: un aislamiento correcto evita fugas de hasta el 15% del calor y el frío que generas con los equipos de climatización.
¿Purgar los radiadores?
Sí, es el momento de aplicar esa extraña palabra que de pequeño no entendías. Purgar el radiador implica extraer el aire que queda dentro. Si lo haces antes de que llegue el invierno, eliminarás las burbujas que se forman en el interior y podrás aprovecharlos a su máxima potencia. Y por favor: no cubras los radiadores ni seques la ropa encima de ellos.
Echa un ojo a tu caldera
Igual que los electrodomésticos de categoría energética A son una maravillosa noticia para ahorrar en tus facturas, revisar tu caldera anualmente es otra magnífica herramienta para mantener el gasto contenido. Pero todavía es mejor valorar la posibilidad de cambiarla por un modelo moderno, de bajo consumo. Existen multitud de planes renove para ello, ya que el beneficio es multidireccional: tú consumes menos energía y además se generan menos emisiones al medio ambiente.
¿Nos propones algún truco que conozcas para mantener controlado el gasto de calefacción en invierno?