El tamaño, el número de vidrios, los acabados o la forma que tienen de abrirse. Sabemos que existen tantas ventanas en el mercado actual como personas que se interesan por cambiarlas en su casa. Lo que no existe es una ‘ventana ideal’ como tal, lo que sí puedes encontrar son las ventanas ideales para ti. Y cuando te decidas por cambiar las que tienes actualmente por unos modelos nuevos, también puedes fijarte en un aspecto que pasa desapercibido pero que es tan importante como los de la primera línea: su etiqueta energética.
Y es cambiar tus ventanas por modelos nuevos es una de las actuaciones más rápidas que puedes llevar a cabo en tu hogar para reducir la factura eléctrica sin sobresaltos. También se trata de una decisión perfecta para colaborar con el medio ambiente, puesto que unas buenas ventanas (y bien colocadas) permiten reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. Y para que puedas tener claro qué ventanas ayudan a conseguir todo esto, puedes obtener la información necesaria en su etiqueta energética. ¡Te contamos un poco más a continuación!
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Información de la etiqueta energética
A diferencia de la que puedes encontrar en los electrodomésticos, la etiqueta energética de las ventanas es de uso voluntario, lo cual no implica que una gran cantidad de sus datos sean totalmente verídicos y fiables, puesto que proceden del marcado CE de la propia ventana (obligatorio desde 2010). No obstante, sí que es cierto que otra cantidad importante de información que encuentra el usuario la tiene que hacer constar el propio fabricante de la ventana, del que se debería esperar todo el rigor del mundo a la hora de hacerlo.
El caso es que, tal y como puedes ver aquí, en la etiqueta energética se puede ver una clasificación de invierno y otra de verano. En el lado del invierno hay siete niveles de eficiencia que se miden por colores desde la letra A hasta la G y, como seguramente ya has sospechado, la clase A (color verde) es la mejor. Por su parte, el comportamiento veraniego se mide en estrellas (de 1 a 3), siendo las 3 estrellas la calificación que obtienen las mejores ventanas en este aspecto.
Además, encontrarás otros tres datos relevantes a la hora de elegir ventanas nuevas:
- La transmitancia térmica de la ventana. Un concepto del que ya te hablamos en este artículo.
- La clase de permeabilidad al aire, que te informa de las filtraciones entre los espacios que separa.
- Factor solar de acristalamiento que es «la característica del vidrio de la ventana que permite una mayor o menor transmisión de la radiación solar incidente hacia el interior de la vivienda», según confirman aquí. Cuanto más factor G tiene, más radiación recibe.
¿Un cambio de ventanas puede ser suficiente para ahorrar?
Durante muchísimos años, las puertas y las ventanas de mala calidad han sido auténticos coladeros de energía por los que se escapan miles de euros en electricidad (tanto para calentar como para enfriar). Tal y como te contamos en este artículo, un cambio de ventanas en tu hogar le da un aspecto totalmente diferente, lo revaloriza y además contribuye a un ahorro desde el primer momento.
Pero no son los únicos conceptos claves. Para que un cambio de ventanas sea realmente útil, las nuevas deben estar perfectamente instaladas para garantizar que las prestaciones de tu hogar se mantienen intactas durante toda la vida útil de la ventana. En Cerramientos Integrales, por supuesto, nos podemos encargar de que tus ventanas eficientes queden perfectamente instaladas en un solo día y sin hacer obra, pero eso no es impedimento para que les puedes sacar todavía más partido gracias a los denominados sistemas de sombreamiento.
«Aunque la etiqueta no lo recoge explícitamente, una buena utilización de los sistemas de sombreamiento permitirá conseguir unos mejores resultados de eficiencia energética», aseguran desde Ventanas Eficientes refiriéndose a toldos, persianas o porches.